En las fiestas Navideñas, los mozos del Reinado, cantaban una misma canción la víspera del día de navidad, la víspera de año nuevo y la víspera de reyes y siempre después de las doce de la noche.

Antes de comenzar a cantar, los mozos se dividían en dos grupos, para cada uno cantar una estrofa de la canción.

Cada grupo se situaba en la puerta de la casa de alguna moza (los grupos estaban muy próximos entre si, ya que entonces eran muchas las jóvenes que había en el pueblo, y por este motivo no  tenían necesidad de cantar muy alto para oírse los unos a los otros), y al terminar el cantar, pasaban a las siguientes casas en las que vivía alguna joven, esto lo repetían hasta terminar de dar la vuelta al pueblo.

Al día siguiente de cada noche que se cantaba, pedían casa por casa a todo el pueblo, la gente les daba un tazón de garbanzos o de alubias que iban guardando en unos sacos, y al pasar el día de reyes estas legumbres se vendían, y con el dinero que sacaban, durante todas las fiestas desde Noche Buena a Reyes, por cuenta de los mozos en el salón del Ayuntamiento había baile de gaiteros.

Los gaiteros cobraban poco dinero, pero como por entonces no había forma de ir y venir a diario de los pueblos cercanos sino era andando, los gaiteros comían y dormían en casa de los mozos, empezando por los Alcaldes hasta llegar a los Alguaciles.

Normalmente cuando tocaba que el gaitero se quedara a comer o cenar en alguna casa, en esta se ponía algo extraordinario para que se fuera contento, y para dormir, ya que no sobraban camas en todas las casas, los gaiteros se quedaban en una o dos durante todos los días.

La canción de la fiesta de Navidad, iba dirigida a las mujeres solteras y la mayoría de las estrofas eran piropos con algo de picaresca.

La pena mas grande no solo es que la tradición se haya perdido, sino que no hay nadie en el pueblo de Espejón que tenga la canción por escrito, asíque a continuación se relatan las estrofas que gracias a Saturnino Pascual hemos podido recoger y recordar.