Antiguamente, las bodas solían durar tres días; la víspera, se juntaban todos los invitados, y con sartenes, tapaderas, botellas y cualquier cosa que diera ruido, daban una ronda tocando y cantando.

Cuando terminaban la ronda, todos juntos se iban a cenar a la boda, y después del banquete seguían con la juerga hasta que podían aguantar, incluso los más duros ni siquiera se acostaban.

Al día siguiente, antes de comer, era la ceremonia del casamiento, y mientras preparaban la comida, los mas animados bailaban un rato junto con los novios.

La comida era tranquila y sin prisa, y al anochecer, se daba otra ronda al pueblo, tocando, cantando y bailando, esta ronda era lenta, ya que se paraba para dar vino a todo aquel que se encontraban por la calle.

La gente del pueblo, solía salir a ver pasar la boda y a los novios, por lo que en esta segunda ronda podemos decir que participaban todo el pueblo y no solo los invitados al enlace.

Este día por la tarde, se daba pan con un poco de chocolate a los chavales que no estaban invitados a la boda, y al que quería se le daba un trago de vino también.

El primer día de boda, una vez casados los novios, los mozos del reinado se reunían, para una vez todos juntos ir a la boda y pasar un ratito, desear muchas felicidades a los recién casados, tomar un vino y una tapa, y estando allí, pedir al novio la salida de mozo.

La salida de mozo era algo de dinero que el novio daba a los mozos del reinado según su voluntad o posibles.

Podemos decir, que las bodas de antes se alargaban según la cantidad de comida que se hubiera preparado para el banquete.

En cuanto a la luna de miel de los novios, destacamos que era muy diferente de lo que se hace en la actualidad, ya que esta consistía en asistir a las matanzas de todas las personas que habían invitado a la boda, aunque estas fueran al año siguiente.


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